Una estrella, dos estrellas...
hermanas gemelas.
Abarcan un pequeño espacio
en el cielo, la mitad del globo
puede ver su luminoso
rostro.
Mi edad eterna, su brillo
efímero: tras las ventanas
de gas tóxico
que ocultan las respuestas
de miles de años luz.
Una estrella, dos estrellas...
jugando con mi ilusión,
se muestran tras espejos,
nunca se mueven ni cambian
de posición:
en mis ojos se reflejan
las mentiras y decepción.
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