Una estrella, dos estrellas...
hermanas gemelas.
Abarcan un pequeño espacio
en el cielo, la mitad del globo
puede ver su luminoso
rostro.
Mi edad eterna, su brillo
efímero: tras las ventanas
de gas tóxico
que ocultan las respuestas
de miles de años luz.
Una estrella, dos estrellas...
jugando con mi ilusión,
se muestran tras espejos,
nunca se mueven ni cambian
de posición:
en mis ojos se reflejan
las mentiras y decepción.
. . . . . . . . .. . ... . . . . . .
Gracias por el comentario y la crítica. Así es, este no es un poema terminado, acaso no llegue a ser un poema. Es un divertimento de hace un par de años, que por alguna razón me dieron ganas de subir, creo que como tu dices podría llegar a trabajarse más, pero prefiero dejarlo por el momento así. Se agradece el comentario.
ResponderEliminarCfeo que tiene razón macha. El final le falta un poco. Llévalo al taller mano. saludos
ResponderEliminarÓrale, por primera vez coincido con el buen Víctor Mancha. El poema en sí me agradó, aunque es cierto que falta ser trabajado en el final. Eso sí, lo importante es que la idea de fondo sea brillante y aquí hay potencial.
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